Tuesday, October 10, 2006



Osvaldo Andrade, ministro del Trabajo“Discutir de flexibilidad es un triunfo de la derecha”

El secretario de Estado asume que los términos del debate están inclinados y dice que la misión del Gobierno es posicionar la idea de trabajo decente. También sentencia que el caso de los empleos brujos es un ejemplo de “cómo no se deben hacer las cosas”, y califica de ultristas a los que achacan todos los males actuales “al modelo económico”.
Mirko Macari
La Nación

Junto al escritorio de su secretaria hay un enorme reloj de piso, con base de madera. Dicen que Andrade lo sacó de su despacho porque se encargaba de anunciar cada nueva hora con un escándalo similar al que tenían los empleados de la ANEF el día de esta entrevista, en la entrada del ministerio. Lo que más destaca en su enorme escritorio es un diminuto busto blanco de Salvador Allende, que lo mira de frente a él, mientras contesta las preguntas, como diciéndole mudo eso de que “otros hombres superarán este momento gris y amargo”. Cuando le recordamos los dichos del ex embajador de Venezuela sobre la responsabilidad de la DC en el golpe, se apresura a contestar: “Yo empezaría por el juicio histórico del comportamiento del Partido Socialista con Allende”.
Ex jugador profesional de básquetbol y coleccionista de búhos –aunque no hincha del chuncho–, durante la dictadura se unió al sector almeydista del socialismo, al que pertenecían Camilo Escalona y Michelle Bachelet. En tiempos de clandestinidad era conocido como Marcelo y también como Bernardo, “aunque para el plebiscito del ’88 ya existía un proceso de apertura y legalización; había más relajo y las chapas ya estaban en desuso”.
Abogado laboralista desde siempre, hasta hace poco trabajó en la Municipalidad de El Bosque, donde conoció a la actual jefa de programación de la Presidencia, María Angélica “Jupi” Álvarez, “con quien nos hicimos bien amigos, teníamos una cierta historia de gente de izquierda; eso facilitó mucho la conversación”.
–¿Y a la hora de asumir un ministerio ayudan las amistades en política?
–Las amistades siempre facilitan mucho las cosas en política. Como ministro lo siento con mayor nitidez. La buena relación que tengo con diputados de la UDI tiene mucho que ver con que fui alumno de Guzmán, me eduqué en la Católica, fui compañero de escuela de algunos de ellos.

LOS EMPLEOS BRUJOS
–De ese período en la Municipalidad de El Bosque han salido acusaciones en su contra por la prensa, como que la Contraloría lo está investigando por irregularidades.
–Lo único que quisiera decir al respecto es lo que me ha informado el jefe de la División Jurídica del ministerio, Rodney Beldar, y que es que no existe ningún sumario en mi contra en la Contraloría.
–Esta semana se conmemoraron los 18 años del triunfo del No, y si bien en los gobiernos de la Concertación la pobreza se ha reducido a más de la mitad, el empleo se ha vuelto más precario e inseguro. Uno de los mayores temores de los chilenos es a perder su fuente laboral. Como ministro qué reflexión hace.
–Esto es la constatación de que la discusión en Chile es desequilibrada, y se hace sobre la base de tener mayor cobertura de empleos. Debo reconocer que se ha instalado como lógica central del debate el tema de la flexibilidad laboral.
–¿Ese es un triunfo ideológico de la derecha?
–Yo creo que sí, no tengo dudas. Lo que intentamos como Gobierno es equilibrar el debate, para que hablemos también de calidad del empleo.
–¿Y ese discurso, que viene del paradigma economicista, también ha permeado a la Concertación?
–Cuando digo que hay un triunfo ideológico de la derecha en relacionar empleo con flexibilidad, creo que es porque ha permeado a muchos sectores, y no excluyo de ello a algunos de la coalición.
–¿Usted se siente ajeno a esa lógica?
–La posición que tiene este ministerio es que el debate, para que sea de verdad, tiene que lograr armonizar empleo y cobertura con calidad de ese empleo. Por eso es que la Presidenta ha sido tan reiterativa en que la tarea es el empleo decente.
–Pero el hecho de que el debate esté organizado en función del concepto de flexibilidad laboral se deriva de las consecuencias lógicas de asumir el modelo económico como premisa indiscutida.
–Es que yo discrepo de ese concepto.
–¿A ver?
–No creo que sea efectivo esto de que todo es causa del modelo. Cuando uno le empieza a echar la culpa de todo al modelo, entonces o cambiamos el modelo o no hacemos nada. Por eso creo que es una afirmación vacía, y además es una afirmación ultrista.
–¿Y no es ultrista también querer aplicar el modelo con ortodoxia de manual?
–Absolutamente, un modelo que sólo configura la acumulación está construyendo los propios gérmenes de su destrucción.
–Eso es parecido a lo que plantea George Soros respecto al sistema financiero internacional.
–No sé, son cosas que me las plantean los Pérez, los González y los Soto cotidianamente. Me dicen “mire, si esto a nosotros no nos sirve, ¿qué sentido tiene que lo respaldemos?”. La defensa de la democracia tiene que ver con que los chilenos y chilenas sientan que este es un sistema que al menos recoge sus aspiraciones.
–¿Cuánta paciencia tienen los Pérez, los González y los Soto?
–Hasta ahora la han tenido. Si nosotros lográsemos construir un gran sistema que le diera a los Pérez, los González y los Soto certezas ante situaciones de incerteza, estaríamos avanzando sustantivamente en la defensa de una estructura democrática. De eso se trata este Gobierno, de enfrentar las incertezas.
–Hace poco, una señora se quemó a lo bonzo protestando por su continuidad en los planes de empleo. ¿Qué le parece que la gente tenga que llegar a ese extremo?
–Para ser precisos habría que decir que intentó quemarse, pero no se quemó. Este es un núcleo bien específico de gente, ellos tienen media jornada y quisieran tener jornada completa, y ésta tiene un problema: desincentiva el carácter de empleo de emergencia o transitorio.
–Esa respuesta es súper coherente desde la óptica de una política pública, pero detrás está el drama de un ser humano que llega al extremo de quemarse.
–Por eso es que la fórmula no debe ser acceder a su pretensión, lo que hay que hacer con ella es construir la convicción de que si le agregamos capacitación es posible su traspaso a un empleo más permanente desde la empresa privada.
–¿La investigación judicial de desvíos de plata desde los programas de empleo a la política ha entrampado estos programas?
–No, esa es una investigación judicial que establecerá las responsabilidades que sean. Este Gobierno no tiene ningún tipo de vínculo con aquello. Lo que sí es que es un buen ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas. El proceso de rediseño que la Presidenta nos mandató realizar tiene mucho que ver con eso.
–¿Qué le diría a la gente que sospecha de que hay una tentación de captura del Estado por parte de grupos políticos, en este caso de los llamados empleos brujos?
–Yo no me siento en condiciones de dar ninguna explicación al respecto, lo que puedo señalar es que si se quiere asociar a un partido equis con una determinada conducta, no creo que haya ningún partido que esté en condiciones de salir indemne; todo el mundo ha estado metido en más de alguna cosa.
–¿Que todos lo hagan significa que está bien?
–No, no creo que esté bien de ninguna manera, pero si lo que se quiere es vincular que por ser de un partido hay una determinada tentación, permítame una frivolidad: son más los independientes que cometen delito, y en consecuencia habría que referirse al partido más importante de este país, el partido de los independientes.

CHUPASANGRES, DELATORES Y POPULISTAS
–Países modelo de la globalización, como Irlanda, han dado un salto económico debido a grandes acuerdos donde el mundo sindical ha cedido a sus demandas inmediatas. ¿Es posible hacer eso en Chile, con una dirigencia de la CUT cuestionada como la actual?
–Yo valoro mucho a la dirigencia de la CUT, ella es representativa de un mundo sindical y de una historia, y desde ese punto de vista es un actor relevante de cualquier entendimiento social.
–La pregunta es por las acusaciones de prácticas antisindicales contra los dirigentes de la CUT, efectuadas por ex empleados de la multigremial en “Punto Final”.
–La impresión que yo tengo es que la CUT tiene un rango de representatividad que la transforma en el referente sindical más importante de este país. Que eventualmente pudiese tener algún grado de dificultad, desde el punto de vista de su administración, no deslegitima para nada su carácter. Hay empresas que también han sido materia de sanciones por prácticas antisindicales.
–Pero en casa del herrero cuchillo de palo.
–Perdóneme, por qué el Gobierno entonces debiera sentarse en una mesa tripartita, si la derecha ha sido enfática en que el Estado es el peor empleador que hay en este país. Si uno entra en la lógica de poner en duda la legitimidad de la representación, no llega a ninguna parte. Lo importante es que haya un debate que ponga los temas concretos; si vamos a juntar a la CUT y a la CPC con el Gobierno a discutir el modelo, probablemente será un debate “ad eternum”.
–¿Y peor si se incorpora la palabra chupasangre?
–[Se ríe]. Bueno, yo no voy a pronunciarme sobre eso; además, se trata de una persona [Camilo Escalona] con la cual me une una amistad de toda la vida.
–Justamente fue él quien reveló en una entrevista que su chapa en la clandestinidad era Marcelo.
–El flaco [Escalona] también tuvo varios nombres. Me traicionó porque hicimos el compromiso de que nunca íbamos a revelar ese dato, así que no voy a cometer la misma traición, jaja. Hablando en serio, lo que Escalona hace es expresar un sentimiento. Mire, nosotros fuimos a la X Región a instalar la mesa de diálogo de los salmoneros con la industria. Fue una experiencia tensa, porque el día anterior había culminado una negociación colectiva en un sindicato, y la empresa los echó a todos excepto al presidente del sindicato, porque tenía fuero.
–Pablo Longueira acaba de lanzar su candidatura presidencial con un discurso a favor de la pequeña y mediana empresa, acusando a la Concertación de favorecer a los grandes grupos económicos. ¿Qué autocrítica hace usted como miembro del oficialismo?
–Creo que nosotros tenemos que hacer un énfasis en una política pública global respecto a la pequeña y mediana empresa.
–¿Es crítico con lo que se ha hecho?
–No tengo temor en ser autocrítico en el sentido de que efectivamente tenemos que dar un impulso mayor a esa política. Pero sería bueno que también se tuviera en consideración cómo las grandes empresas ahogan a las pequeñas y medianas. Desde la condición de proveedoras de éstas, les pagan a 60, 80, 120 y 150 días, en lo que es un proceso de descapitalización profunda. Y son los mismos que le proporcionan créditos bancarios de carácter francamente al borde de la ilegalidad.
–Es porque están funcionando en un mercado mal regulado, y el que regula es el Estado.
–Entonces tenemos que hacer un mayor énfasis en eso, convengamos que en Chile para construir políticas de regulación hay que hacer un proceso legislativo que no es siempre fácil.
–Pero, ¿qué impresión le merece que Longueira tome eso como bandera de lucha?
–Creo que Longueira es la expresión más nítida de la derecha. Él representa a una derecha que se ha nutrido del desarrollo de las grandes industrias y que hoy día siente que el discurso populista le va a proporcionar los puntos que le faltan para ser Gobierno. Y en consecuencia, Longueira no tiene ningún problema para ir a la CUT y ofrecer mucho más de lo que la misma CUT espera; no tiene ningún problema por enarbolar el discurso de defensa de los funcionarios públicos, que genera una lógica de enfrentar el problema del daño previsional con una propuesta que es millonaria.
–¿Hay una promesa populista detrás de ese mensaje?
–El tipo de propuesta que hay allí tiene una dimensión de irresponsabilidad desde el punto de vista de un valor que es muy importante en Chile, que es cierta estabilidad. Invitaría a Longueira a que sacara la cuenta de lo que significa cada una de las cosas que propone, desde la perspectiva de los recursos, y que vea si Chile está en condiciones de sostener esas cosas en el largo plazo. Decir que ahora está la plata del cobre y hay superávit no es difícil, lo complicado es sostenerlo en el tiempo.

No comments: