Monday, October 16, 2006




Ministro Bitrán se defiende de las acusaciones ecologistas “No mantengo ningún interés con Transelec”

El anuncio del camino interior por Pumalín y su uso para líneas de transmisión eléctrica encendió los fuegos ambientalistas y reflotó el pasado del ministro en el directorio de Transelec. Bitrán no teme llegar a los tribunales por este impasse, pero está dispuesto a recibir a Douglas Tompkins.
La Nación

Por Carla Alonso y José Miguel Jaque
Antes de tomar la decisión respecto al trazado de la Carretera Austral –para conectar a Palena y Aysén con el resto del país–, y cuando el tema estaba más candente que nunca, Eduardo Bitrán Colodro señaló lo mismo que diría el pasado 4 de octubre en la Cámara de Diputados. En diálogos sostenidos con personeros públicos y privados, el ministro de Obras Públicas había señalado que si el Gobierno llegaba a hacer un camino interior y se tomaba la decisión de interconexión eléctrica, “se debía minimizar el impacto ambiental de las iniciativas”. Pero bastó que lo dijera públicamente, al son de los aplausos de los parlamentarios presentes en la sala, para que se desatara un vendaval de acusaciones en su contra.
La génesis del conflicto fue más o menos así: cuando la ciudadanía esperaba ansiosa el anuncio sobre la ruta que conectaría Puerto Montt con Chaitén, el encargado de divulgar la buena nueva dijo que, además de la conectividad territorial, el camino por el interior de Pumalín –de propiedad de Douglas Tompkins– podría acarrear otros beneficios a futuro, como la instalación de líneas de transmisión. “Creemos importante que cuando se decida hacer la interconexión eléctrica, la línea de transmisión que requiere un camino no tenga que realizar un camino adicional al que ya estamos haciendo, porque queremos minimizar el impacto ambiental”, apuntó el titular del MOP, luego de dar a conocer la decisión definitiva de Gobierno.
Decisión que sería cuestionada. Y de múltiples maneras. Desde ese preciso instante, el pasado reciente de Bitrán como director y miembro del comité estratégico de la empresa de distribución eléctrica Transelec
–cargo que compartió con Pablo Halpern y Gabriel Bitrán– fue desempolvado y utilizado para reavivar la polémica de un camino cuyo destino ya estaba zanjado.
Bitrán toma aire y se cerciora de que temas delicados como éstos queden registrados en más de una grabadora. Los cuestionamientos por su pasado vínculo con Transelec parecen no inquietarlo. Pero no quiere dejar dudas dando vueltas en el ambiente. “No tengo ninguna vinculación de propiedad ni mantengo ningún interés en Transelec”, asegura con seriedad. “Renuncié en febrero, cuando me nombraron ministro. Además, la empresa tuvo cambios de propietarios con posterioridad a que yo me fuera”, cuenta la autoridad. Y pone énfasis en que estos elementos son irrelevantes respecto a las decisiones que ha tomando como ministro.
Juan Pablo Orrego, coordinador de Ecosistemas y cabecilla de las denuncias en contra de Bitrán, opina radicalmente distinto. Y lo dispara a los cuatro vientos. Cuenta que hace tiempo detectaron un extraño cruce de “funcionarios públicos que pasan al sector privado, a ámbitos relacionados con las funciones que cumplían en el Gobierno, y viceversa”. Para Orrego, esta transversalidad genera conflictos de “manejo de información privilegiada o de gestiones que favorecen al sector privado de donde proviene el funcionario público”. “En otros países eso está regulado”, acota Orrego. “Pero en la Concertación este circuito es una tendencia”, remata.
Para muestra basta un botón, agrega Orrego. Cita a Bitrán, que pasó de Transelec al MOP, y que cuando era ministro “seguía en la web de la empresa como miembro del directorio”. También trae a colación a Eugenio Tironi, que si bien no ha tenido cargos públicos, “es un personaje influyente en la Concertación” y está en el directorio de Enersis. Jaime Estévez, añade, pasó del MOP al directorio de Endesa, y Jorge Rosenbluth, que fue subsecretario de la Segpres durante el Gobierno de Frei, “es presidente de Chilectra y ejerció el mismo cargo en Smartcom cuando esta compañía pertenecía a Endesa España, antes de que fuera vendida a Claro. Hay un patrón relacionado con el sector eléctrico que nos tiene muy preocupados”.

EL ACUERDO DE LA DISCORDIA
Con papeles en mano, Bitrán aclara que en el acuerdo de 1997 –firmado por Tompkins, Pedro Pablo Gutiérrez y Juan Villarzú, quien era ministro secretario general de la Presidencia– se señala que “Bosque Pumalin Fundation confirma su intención de entregar al Estado en dominio, servidumbre, arrendamiento” los terrenos del parque que sean necesarios para la materialización de proyectos en que exista un interés público comprometido, como “instalación de torres y líneas de transmisión eléctrica aérea, teléfono o radio, construcción de estaciones eléctricas”, entre otras.
“Yo hice referencia estricta a lo que dice el convenio; es decir, que podía haber otros beneficios a futuro relacionados con el establecimiento de servidumbres para servicios de utilidad pública, en particular líneas de transmisión”, aclara Bitrán. “Desde el punto de vista ambiental, lo lógico es reducir al mínimo la interferencia en el parque y resolver en la misma área el camino y los servicios de utilidad pública”. El acuerdo luego se complementa en el 2003, donde no se hace alusión al tema del tendido eléctrico.
“En ningún caso se pensó, ni explícita ni implícitamente, el tema de las torres eléctricas, porque no estaba en el horizonte de análisis y sólo se quería resolver el tema de la conectividad vial”, comenta Patricio Vallespín, ex intendente de la X Región, quien firmó los complementos al acuerdo de 1997. “Si después vienen asociadas otras cosas, es parte del proceso posterior”, agrega.

¿APOYO POLÍTICO?
Juan Pablo Orrego, quien denunció los antiguos nexos del ministro, junto a la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, cree que con su decisión “el Gobierno preaprobó el proyecto Aysén”, faltando a su compromiso de respetar la legislación ambiental. “Lo de Bitrán fue una operación política, pero también un error, porque fue muy crudo y obvio al decirlo. Si tú miras los cronogramas del proyecto de Endesa, de Transelec y el que ha sido planteado para el camino, descubres que las tres obras calzan como un reloj suizo”. Orrego cree que las empresas privadas pueden coordinarse para llevar adelante una obra, pero “nos parece mal que funcionarios públicos, de forma camuflada, ayuden a coordinar obras que no cuentan con evaluación de su conveniencia”.
Pero Bitrán refuta que cualquier proyecto debe contar con estudios de impacto ambiental y aprobaciones, y esas materias no corresponden a su competencia. “Esto no implica ninguna preaprobación y no existe ninguna presentación al MOP para proceder a realizar algo parecido”.
Respecto a una posible inhabilitación en temas relacionados con el MOP y el tendido eléctrico, Bitrán es tajante: “Insisto, como persona y como ministro, no mantengo ningún interés con la empresa Transelec”. Agrega que como ministerio deben aplicar lo que corresponda al interés de esa cartera. Y si hay otra cartera que recurra a ellos para consideraciones sobre normas de servicio, “deberíamos estar abiertos a cualquier solicitud dentro del Gobierno. Y aún no recibimos una solicitud de este tipo”.

LO QUE VIENE
Como sea, en el Complemento a Bases de Acuerdo de 1997 se lee que en la futura elaboración de estudios y proyectos de desarrollo vial para la zona “se considerará especialmente la opinión y colaboración que pueda proporcionar la Fundación Pumalín”. Pero Tompkins –quien se encuentra viajando por Estados Unidos– se ha quejado de que nunca pudo reunirse con el ministro Bitrán para explicarle su propuesta del camino costero.
Al respecto, Bitrán contraargumenta que el MOP ha realizado procesos de participación ciudadana a escasos metros de donde tiene la oficina el empresario norteamericano. Y que el jueves pasado, cuando estuvo en Palena, comprobó en terreno que la gente de Tompkins participa del proceso.
El ministro asegura que han existido ocasiones de obtener las presentaciones del señor Tompkins, “en las que respalda la opción costera versus el camino interior. La consultora revisó esos antecedentes en detalle y puedo afirmar que todos sus documentos han sido tomados en cuenta rigurosamente”. Bitrán agrega que han decidido realizar la ingeniería del trazado en conjunto con el estudio de impacto ambiental. “Tompkins, al igual que Conaf, el dueño de Huinay, que es Endesa, y otros propietarios, podrán hacer ver sus puntos de vista respecto al detalle del diseño”.
En cuanto a los resguardos en materia ambiental, el MOP espera que con un bypass el camino que se construirá pase lo más apartado posible de la casa de Tompkins, situada en un predio que está en medio del Parque Pumalín y que fue dejado fuera del acuerdo que creó el santuario de la naturaleza. El objetivo de este desvió de mil metros en el trazado de la ruta es tener la menor interferencia posible. El secretario de Estado ha dicho que el tema ha sido conversado con el general Alessandro Cartoni, jefe del Cuerpo Militar del Trabajo.
Otro resguardo es que “el camino no pase cerca de una lobería y no invada bosques de alerce”, dice Bitrán. A su juicio, la principal precaución será someter a estudio de impacto ambiental “el trazado que pasa por el Parque Nacional Hornopirén, Huinay y Fundación Pumalín”. La ingeniería del trazado y el estudio de impacto ambiental, adelantan en el ministerio, se iniciarán de inmediato. La idea es hacerlo durante el 2007 y poder iniciar las obras el 2008.
Mientras, Bitrán le concedió una hora al abogado de Tompkins, Pedro Pablo Gutiérrez. La idea es iniciar un proceso de diálogo directo. “Es una referencia razonable, ya que el señor Tompkins ha hecho una contribución muy importante al país, con una donación de miles de hectáreas, para constituir un santuario de la naturaleza en una zona donde el turismo de intereses especiales es uno de los activos de mayor potencial económico”.
Bitrán, quien no ha dialogado con Colbún o Endesa en cuanto al tema del camino y su vinculación con la transmisión eléctrica, adelanta que si es necesario realizar una reunión posterior con Tompkins, “no tenemos ninguna dificultad. Tengo una alta valoración de lo que él ha hecho en Chile y poseo la mayor disposición para tener un clima de colaboración para lo que vamos a hacer a futuro”. LND

El esperado cara a cara de Bitrán y Tompkins
El día siguiente que el ministro Bitrán anunció que la Carretera Austral pasará por el Parque Pumalín, Douglas Tompkins tomó sus maletas y partió raudo a Estados Unidos. Antes de embarcarse, eso sí, dejó lanzados algunos dardos con dirección a La Moneda. “El Gobierno se comprometió a darnos la oportunidad de opinar sobre la conectividad de rutas y llegado el momento nos cerró la puerta”, dijo enfadado. “No tenemos la facultad de tomar una decisión, pero vivimos en la zona y somos los más afectados”.
Tompkins no se marchó sin despedidas. Los senadores Guido Girardi (PPD) y Ricardo Núñez (PS) llegaron hasta el Hotel Leonardo da Vinci, donde se hospedó el norteamericano. En una reunión a puertas cerradas planificaron el viaje de los parlamentarios a Pumalín cuando el empresario ecologista regrese al país, a los que se sumarían Alejandro Navarro, Juan Pablo Letelier y Jaime Gazmuri. Ante la prensa, los senadores hicieron público el espaldarazo al norteamericano por el hielo con que el Gobierno lo ha tratado y por las “críticas xenófobas y racistas producto de nacionalismos pequeños” que ha recibido, según Girardi.
El ex dueño de Esprit sólo retornará el 2 de noviembre. Para ese día, el escenario será distinto. Bitrán ya anunció a LND que no tiene problemas en recibirlo cuando pise territorio nacional. Y antes de eso, el próximo jueves 19, su abogado Pedro Pablo Gutiérrez tendrá el primer encuentro con el ministro luego de que éste diera a conocer el trazado.
Tompkins pretendía ser recibido antes del anuncio. Pidió audiencias con varios secretarios de Estado, pero ninguno le abrió la puerta. En última instancia, le solicitó por escrito a Bitrán una cita para el día que se embarcó a Estados Unidos. Pero el ministro declinó por problemas de agenda. Finalmente, la invitación a conversar sobre los alcances que tendrá el trazado por Pumalín llegó tarde, pero llegó. Y Gutiérrez prefiere no polemizar sobre el tardío momento en que se dará la cita. El profesional adelantó que será una primera reunión exploratoria, donde pedirá los antecedentes de la carretera. El abogado no quiere posturas enfrentadas ni diálogos de sordos. Por eso, dejará fuera la polémica por la posible indemnización a Tompkins. “No es un tema para tratar ahora”, comentó. “Es prematuro hablar sobre la indemnización mientras no haya planos, ingeniería ni estudios de impacto ambiental”.
Pero Bitrán ya tiene claros los temas de la reunión con el abogado. Le planteará a Gutiérrez que la intención del MOP es que la conectividad sea complementaria con el desarrollo de un turismo de intereses especiales, que se ve beneficiado por la existencia del Parque Pumalín. “Queremos trabajar en conjunto el mejor diseño, de manera de minimizar los impactos ambientales y maximizar el beneficio turístico ambiental para la zona”.
Además, el ministro Bitrán le planteará a Gutiérrez que si no hay un acuerdo voluntario para la cesión de terrenos, seguirán el procedimiento que establece la ley. “Eso implica que se forme una comisión de peritos y que el valor que determinen puede ser apelable a los tribunales de justicia. No tenemos problema con que este impasse se judicialice, porque no obstaculiza el avance del proyecto”, señala el ministro.
Para que exista un acuerdo voluntario, aclara Bitrán, “debe haber voluntad de trabajar en conjunto de forma armoniosa, tomando como restricción la decisión del Gobierno de hacer un camino que evite que la gente de Palena deba hacer grandes transbordos”.
De todos modos, en el encuentro del próximo jueves quedará agendado el esperado cara a cara de Bitrán con Tompkins. La idea del norteamericano es mantener las líneas de comunicación abiertas, porque el proyecto no es de su agrado, pero al menos buscará no salir tan perjudicado.

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