Tuesday, October 24, 2006





Fuerza de mujer... la voz de los trabajadores en salmones Mainstream
Convencida de que en la industria salmonera había la urgente necesidad de alzar la voz y exigirle al empleador que diera cabida a la sindicalización, Rosa Bahamonde, con sólo 20 años a cuestas, cuaderno en mano, organizó a los operarios de la industria salmonera Mainstream y los convenció de crear un sindicato. En cinco días cumplió una labor maratónica, sentando las bases para que la fuerza trabajadora se unificara y desde esa unión, consiguieran hacer valer los derechos de los trabajadores.
Prensa Olach 23 de octubre de 2006.
Elegida por mayoría como presidenta del sindicato, hace ya cuatro años Rosa Bahamonde aún sigue a la cabeza de esta instancia, ahora no con 25 socios como al comienzo, sino con 410 operarios y operarias del salmón, a los que lidera sin pausa y representa incluso frente a los parlamentarios y autoridades en el Congreso Nacional. Porque esta aguerrida chilota, no sabe de temores a la hora de hablar en tono franco de ese lado oscuro de la industria salmonícola, del que poco se menciona, el mismo que hoy hace temblar a la industria que genera el segundo producto de exportación nacional.
Tres mujeres, Rosa Bahamonde, Jeannette Mancilla y Marcela Cárdenas, conforman la directiva del sindicato nº2 de Mainstream “planta”, periódicamente se reúnen y acuerdan el pliego de peticiones y la logística, a seguir para obtener beneficios laborales, “sin dejar afuera el instinto casero, que muchas veces ha sido infalible a la hora de reclamar o exigir algún beneficio, como por ejemplo cuando conseguimos un bus de acercamiento para Quemchi”, dice Rosa risueña.
Pero este trío de mujeres, no actúa sola, a la par trabajan con ellas los hombres que conforman la directiva del sindicato nº1 de Mainstream “centro de cultivo”, desde otro frente, pero unidos por un fin común, Rosa recuerda que desde un comienzo han actuado en forma coordinada, manteniendo una buena alianza y una excelente comunicación, recogiendo todas las inquietudes de los trabajadores a la hora de definir el pliego de peticiones que conformarán la negociación colectiva.
Lucha con igualdadDirigir un sindicato, no ha sido una tarea fácil, pero el respaldo y los votos obtenidos por segunda vez, de parte de tantas y tantos operarios, les dan fuerza para continuar e ignorar algún malicioso comentario o roce que de nada opaca tanta dedicación para conseguir mejoras para todos, “sin diferenciar si un trabajador es de la planta de proceso o un centro de cultivo” agrega Jeannette Mancilla convencida de una lucha condimentada siempre con igualdad.
Féminas dirigentes que no olvidan los años que han estado vinculadas al rubro del salmón, “siempre recuerdo cuando llegue a la empresa, recién había salido del colegio, tenía sólo 18 años y muchas ganas de aprender una labor, para ganarme la vida “, narra Rosa, melancólica quizás, por tantas jornadas vividas como monitora de control de calidad en la planta Quenchi. Para Jeannette en cambio los años suman ya dos dígitos, 10 años han pasado entre corte, despinado y filete, soportando duras jornadas de trabajo de pie y haciendo un trabajo repetitivo que agobia y hace eterna la jornada, “sobre todo cuando estas con turno de noche y tienes que estar al pie de la huincha hasta el amanecer, pensando en que tus hijos están solos en casa”, narra Jeannette con franqueza.
Franqueza que le ha servido para ganar confianzas y ser respetadas dentro de la empresa, “los trabajadores nos creen, validan nuestras propuestas, así como también nosotros acogemos sus peticiones”, explica Rosa, quien desde niña vio en su padre, ese don de líder que hoy cultiva diariamente desde la directiva de su sindicato.
“Hemos logrado mucho, hemos avanzado en un camino difícil, hoy podemos decir que hay diálogo entre el empleador, lo mandos medios y los trabajadores”, confiesan orgullosas.
Reconocen que les ha costado tiempo, ya que en esta labor han tenido que dejar de lado muchas veces familia, casa e hijos, pero las consuela saber que es por una causa justa, “por todos nuestros compañeros de trabajo” argumenta Rosa, sin desconocer que muchas veces ha dicho basta ya no más, cansada por tanto camino adverso que le ha tocado transitar, pero el compromiso y la lealtad hacia sus compañeros, nuevamente la acerca al camino de la sindicalización.
Adelantando el relojLa personalidad positiva e inquieta, de Rosa, a ratos le recuerdan sus escasos 24 años, en soledad a menudo piensa en el futuro, cuando pasen algunos años y quizás ya no sea la voz de los operarios de Mainstream, sabe que llegará la hora de los hijos, de construir una familia, de estudiar una carrera, que ella piensa no será alejada del mundo de la acuicultura, ni del trabajo social, inclinaciones que ella dice feliz “me acompañarán toda mi vida”.
Jeannette en cambio, sabe que el tiempo que estará en Mainstream será sólo algunos años más, quizás el tiempo en el que su hija mayor termine sus estudios y ella pueda respirar aliviada porque cumplió su promesa de darle un futuro mejor, alejada de las salmoneras y ese “terrible olor a pescado que me ha acompañado ya por 10 años”, detalla seria.
Receta casera La transparencia con la que estas mujeres ha actuado liderando el sindicato nº2 de Mainstream, es sabido en todo Quemchi, la receta dicen risueñas Jeannette y Rosa, tiene como aderezos una buena comunicación entre la misma directiva, compromiso con el cargo que desempeñan, tiempo para trabajar y planificar, no dar mucho oído a las críticas que suelen provenir de trabajadores que nunca están conformes con lo obtenido. Sin olvidar nunca, que si hay una pelea “hay que darla no más”, teniendo en claro que las cosas es están haciendo éticamente bien, no por intereses personales sino por el bien todos los trabajadores por igual. “yo me involucro en cada negociación con la empresa, con el objetivo que todo lo que se logre será para todos, no quiero conseguir beneficios para mí, olvidando al resto de mis compañeros”, exclama Rosa, dando una prueba más de su marcada vocación social.
Sembrando amistadLas aguas de la sindicalización, unieron a estas dos amigas, en tiempos cuando Rosa llamó los operarios a unirse y crear un sindicato. Con cariño y algo de nostalgia recuerdan que muchas veces se vieron en la planta, entre tantas quizás era fácil distinguir el optimismo y lo buena persona de estas operarias, que hacen amistad a través del sindicato, desde donde alzan la voz de mujer para procurar que sean escuchadas las demandas de los trabajadores.
Ambas amigas han puesto a prueba su amistad, han pasado de todo e incluso las diferencias, “sobre todo cuando estábamos sentando las bases para crear el sindicato” dice Rosa, pero el diálogo y la tolerancia han actuado como la varita mágica infalible para consensuar posturas y no dañar una amistad que hoy se alza fuerte. Incluso, fuera del sindicato, ya que ambas chilotas comparten sus ratos libres en familia, ignorando por algunas horas todo aquello que venga con color y olor a salmón.

1 comment:

Norma said...

hola te quiero pedir un favor muy grande. necesito la posibilidad de contactar a una operaria de su sindicato llamada Rosa Eliana Lebtun Uribe (eli) si sabe algo de ella porfavor contactar con la hermana,que hace 1año que no se nada de ella

mi numero de telefono: 79252240
de ante mano muchas gracias. ulda

correo: alison_92_1@hotmail.com